Aunque se de antemano que esperabais que mi blog fuera de temas fáciles y demás, creo que no está de más que incluya algo diferente, que os haga reflexionar mis butterflies.
En la vida, existen dos dimensiones perfectamente separadas, pero que muchas veces confundimos, pues o una o la otra nos hacen creer algo que no es realmente así. En esta entrada, me dedicaré a la primera: la Ilusión.
Ésta, es la dimensión que nos hace ver las cosas desde una perspectiva más positiva, llegando incluso a ser engañosa. Nos hace luchar por aquello que queremos o necesitamos hasta sudar sangre, pues es capaz de motivarnos hasta tal punto que nos den igual los medios y los riesgos para obtener aquello por lo que estamos luchando. Es imprescindible que la luz de la ilusión no se apague porque, si ésto ocurre, las probabilidades de caida son del 100% asegurado.
Sin embargo, un exceso de ilusión puede provocar que veamos las cosas distintas a como realmente son, adquiriendo entonces su segundo significado, como es el de "espejismo" o "irreal". Si esto ocurre, nuestras acciones se verán muy afectadas, ya que estamos dentro de esa dimensión ficticia que evita que nos enfrentemos a lo que realmente hay.
En resumen, la ilusión es a veces como el perro del hortelano: no puedes estar sin ella, pero tampoco te pases.
Hasta aquí la primera parte, os prometo la continuación pronto. Un saludo, butterflies, os adoro ;).
